¿Qué le parece el papel que le ha tocado en ‘Ciega a citas’?
-Ja, ja, ja... Ser ejecutiva, muy segura, valiente y con mucho poder profesionalmente; es un buen papel, ¿no? Una mujer de éxito, pero en la serie se descubre que es la ex novia de otro personaje, Carlos. Con él tuvo una relación traumática, la dejó de una manera un poco fea...
Exitosa en los negocios, pero no tanto en los personal.
-Exacto, fue una relación que no se cerró armónicamente. Ahora, Carlos, al volver a verla, vuelve a sentir por ella lo que sentía cuando eran adolescentes e intenta reconquistarla, pero en principio... va a ser que no. Lo que resta de mi personaje, Rebeca, lo vais a tener que ver por las tardes en la tele.
Una serie diaria conlleva mucho más trabajo, ¿cómo lo lleva?
-Como puedo, te acostumbras. Es más trabajoso y aparte se curra a un ritmo de impresión. Es la primera vez que hago una serie diaria. Eso hace que los tiempos sean totalmente diferentes a los que estaba acostumbrada antes con otros trabajos que he hecho en televisión.
¿Echa algo de menos del ritmo de serie semanal?
-Mira, en principio todo es trabajo, pero al ir tan rápido no te da tiempo a saborear las secuencias. También hay que decir a su favor que gana frescura. Como en todos los proyectos hay cosas positivas y negativas. Pero no me puedo quejar, es un lujo de trabajo.
¿Qué es lo último suyo que hemos visto en televisión?
-Frágiles y episodios sueltos en Los misterios de Laura. Lo más largo que he hecho en televisión ha sido Punta Escarlata.
¿Tiene otros proyectos entre manos en estos momentos?
-Mi marido, Dani Mateo, y yo estamos con la productora que tenemos. Estamos realizando un programa de radio para la Ser en el que somos locutores los dos, irá después del programa de Buenafuente. También vamos a producir el show de Wyoming, se estrena el 26 de septiembre en Madrid en teatro. Y estoy metida en un proyecto mío, muy personal, con mujeres para el teatro.
Parece que la vida del actor en estos momentos supone reinventarse continuamente, ¿no?
-Por supuesto. Estábamos mal acostumbrados, no sabíamos lo que era esto de la crisis. A mí nunca me faltaba trabajo como actriz...
¿Da vértigo cuando llega el parón?
-Claro. Cuando te llega esa época, puede llegar en cualquier momento aunque no haya crisis, te asustas, no haces pie y dices: Va a ser que de esto solo no voy a poder vivir. No puedes estar eternamente dependiendo de que otro te llame, así que te vas buscando un poco la vida, que es lo que toca. A mí eso de depender de los demás no me gusta nada, me pone muy nerviosa. ¿Sabes lo que pasa? Que tan pronto te quiere todo el mundo como se olvidan de ti. Sientes el desequilibrio absoluto. Esta profesión es muy caótica.
¿Cómo conviven dos estrellas en una misma casa?
-Muy felices. Muy bien, hay mucha luz. No vivo con la estrella, vivo con la persona, y, supongo, ya se lo preguntaré, que Dani opina lo mismo.
¿Y cómo es él?
-Ja, ja, ja... Maravilloso, si como estrella es maravillosa, como persona lo es mucho más. Gana con creces la persona a la estrella. Nos reímos mucho juntos, nos divertimos. Pero creo que de eso se trata.
Son los dos famosos, ¿hay muchos egos flotando en el ambiente?
-La verdad es que no. Los dos nos alegramos cuando uno consigue llevar a cabo un proyecto. Aunque sean victorias individuales las compartimos. También sufrimos las derrotas de la misma manera, somos un equipo, esto no es una competición para ver quién sobresale más. Hemos decidido compartir nuestra vida y no estaría nada bien lo contrario en la vida profesional. Nos da igual quién sea más famoso o consiga más premios.
¿A quién le paran más por la calle?
-¡Qué pregunta! Es evidente: a él. Ja, ja, ja... Él es más conocido y ser presentador te garantiza que la gente sepa más cómo eres. Date cuenta que yo solo interpreto un papel, pero puede que no tenga nada que ver con el personaje.
No todos los presentadores son como salen por la televisión.
-Pero es lo que la gente cree. Al ser cómico y hacer humor, la gente da por sentado que él tiene muy buen carácter.
¿Lo tiene?
-Sí, no puedo decir otra cosa.
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